TIEMPO VITAL

Pretendemos conseguir que las necesidades básicas de las personas queden cubiertas. Las necesidades básicas principales son: alimentación, vivienda, vestido, salud, educación y ocio.

Una vez alcanzado este reto, no debemos estancarnos. La sociedad debe trabajar para mejorar las condiciones de vida y minimizar cada vez más las necesidades de recursos, a la vez que crea nuevas obras para dar variedad y  novedad a las formas de ocio. Hay que evolucionar, ya que una sociedad estancada termina por desaparecer.

El trabajo es necesario para alcanzar retos, conseguir la evolución y evitar la decadencia de la sociedad.

Una ocupación productiva (trabajo) podría ser una forma de ocio, cuando este trabajo se hace por vocación y produce resultados que nos den satisfacción. Entre estos trabajos incluyo actividades de investigación, actividades artísticas y algunos servicios.

Hay otros trabajos, tal vez menos agradables, menos satisfactorios y por tanto incomodos y no deseados. Estos trabajos, deben minimizarse (como vimos la semana pasada) y automatizarse usando maquinaria en la medida de lo posible para evitar la intervención humana. Aun así puede ser inevitable que algunos de estos deban ser realizados por personas.

Para que la sociedad sea justa, todas las personas deberán participar en la realización de ambos tipos de trabajos: uno agradable, realizado con ganas, y otro incomodo pero necesario. La acumulación de prestigio a lo largo de la vida, podría dar derecho a prescindir de la realización del trabajo incomodo.

Los trabajos realizados, de cualquiera de los dos tipos, estarán incentivados por la asignación de puntos de prestigio. Ya veremos mas adelante como podría funcionar el “prestigio”.

La evolución haría necesario menos tiempo vital dedicado a trabajos no satisfactorios, pudiendo dedicar cada vez mas tiempo a los trabajos agradables, mejorando progresivamente  la calidad de nuestro tiempo vital.

Entre los trabajos satisfactorios, pueden estar todos aquellos que requieren investigar y descubrir cosas nuevas y también los que supongan la creación de obras artísticas, desde escritores, pintores, compositores, autores de obras de teatro, cocineros, arquitectos y los artistas que reproducen esas obras, actores, cantantes, músicos, etc.

Los descubrimientos realizados y las obras artísticas creadas, quedarían disponibles para todo el mundo a través de Internet o en zonas y recintos públicos para representarlas o exponerlas.

Los autores reciben además de la satisfacción de que sus obras y descubrimientos sean admirados por la sociedad, puntos de prestigio otorgados por los espectadores en función de la valoración de cada uno.

En principio cada persona podrá decidir cuanto tiempo dedica a las ocupaciones productivas, siempre que en conjunto se cubran las necesidades de la sociedad. Caso de que se detecte, la falta de trabajadores en determinadas tareas, podrían imponerse tiempos mínimos dedicados a las personas inscritas en la realización de esas tareas. Esta asignación de tiempos debe hacerse de una manera equitativa y trasparente para que no existan dudas o recelos. Un sistema informático sería el encargado de valorar las necesidades y asignación de tiempos, teniendo en cuenta múltiples factores personales y sociales. A medio plazo, el sistema podría incluso, incentivar la elección de los estudiantes de estudios para cubrir las carencias de trabajadores preparados en determinados sectores.

Una educación enfocada a incentivar la investigación y el desarrollo de actividades artísticas y culturales, a la vez que valore el esfuerzo y la dedicación a los demás, así como el respeto al entorno natural y urbano, hará que las personas de esta sociedad participen en la realización de las tareas necesarias de manera voluntaria.

La próxima semana, veremos como podríamos organizar la asignación de trabajos y la contraprestación por puntos de prestigio.